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¿Sabías por qué el dinero solo existe en nuestra imaginación?

La mejor forma de comprender algo es analizando sus orígenes. Para entender a plenitud la importancia de Bitcoin, antes debemos conocer el origen del dinero. Pero ¿Sabías qué el dinero solo existe en nuestra imaginación?

En esta nota cuestionarás todo lo que sabías sobre el ser humano. Descubrirás por qué el dinero es la historia más exitosa que jamás hayan inventado los humanos y por qué nuestra supervivencia depende de nuestras decisiones.

Yuval Harari en su libro «Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad» nos responde una pregunta clave ¿qué hizo al homo sapiens la especie más exitosa del planeta?

En su libro relata que hace 70.000 años nuestros antepasados eran animales insignificantes y que su impacto en el mundo no era gran cosa. Sin embargo, hoy controlamos el planeta. ¿Cómo hemos pasado de ser simios preocupados por sus propios problemas en un rincón de África a ser los gobernantes de la tierra?

Es notable que nos gusta buscar diferencias entre nosotros y otros animales en el plano individual. Hemos creído la idea que hay algo especial en nosotros, en nuestro cuerpo, en nuestro cerebro, que nos hace superiores a los animales.

Pero lo cierto es que si tuviéramos que sobrevivir en la naturaleza sin duda le iría mejor a un primate. Por esta razón la verdadera diferencia está en el plano colectivo.

Redes de cooperación en masa

Los humanos controlan el planeta porque son los únicos animales que pueden cooperar flexiblemente y en masa. Si bien hay otros animales como algunos insectos sociables que pueden cooperar en masa, no lo hacen de un modo tan flexible, en cambio su cooperación es rígida.

Una colmena funciona de una forma y ante una nueva oportunidad o un nuevo peligro, las abejas no pueden reinventar el sistema social de la noche a la mañana.

Otros animales como los mamíferos pueden cooperar con mayor flexibilidad, pero lo hacen solo en grupos pequeños porque la cooperación se basa en el conocimiento íntimo del otro. Por eso el único animal que puede cooperar de forma tanto flexible como en masa somos nosotros, el Homo sapiens.

Imagina que juntas 50 mil chimpancés seguramente todo será un caos, pero si juntas a 50 mil humanos estos formarán redes de cooperación sofisticadas y eficaces.

Si bien todos los grandes logros de la historia de la humanidad, no se han basado en habilidades individuales sino en la capacidad de cooperar en masa de forma flexible, la mayoría de las redes de cooperación humana se han organizado para la opresión y la explotación. ¿Pero cómo es que solo nosotros cooperamos así? La respuesta es simple: la imaginación.

El resto de los animales tiene su propio sistema de comunicación que solo describe la realidad objetiva y no tienen la capacidad de imaginar.

Realidad intersubjetiva

Yuval señala que tanto las humanidades como las ciencias sociales dedican la mayor parte de su energía a explicar la vida a partir de los ordenes imaginarios. Para comprender esta afirmación distingue la diferencia entre: objetivo, subjetivo e intersubjetivo.

El fenómeno objetivo es incuestionable, es aquel que podemos ver y tocar, existe con independencia de nuestra conciencia humana o nuestra creencia, un ejemplo sería la radiactividad aunque no creas en ella es incuestionable que te puede matar.

El fenómeno subjetivo es aquel que depende de la conciencia y la creencia de cada individuo, por ejemplo, un amigo imaginario solo existe en la conciencia de un niño y desaparece cuando deja de creer en él.

Por último, el fenómeno intersubjetivo es aquel que existe en la imaginación de millones de personas, si un individuo cambia su creencia o muere es irrelevante por que esta realidad seguirá existiendo en la conciencia de otros, por ejemplo, una empresa.

Es por esta intersubjetividad que podemos cooperar flexiblemente con desconocidos. Podemos crear y creer fábulas, historias de ficción y si todos creen en la misma fábula entonces todos obedecen y siguen las mismas reglas, las mismas normas, los mismos valores.

Un primate puede decir «¡Mira! Un león ¡huyamos!» O «¡Mira! Una banana. ¡Vayamos a comer!». Nosotros usamos el lenguaje no solo para describir la realidad objetiva sino para crear nuevas realidades.

Yuval señala que un humano puede decir: «¡Existe un dios en el cielo! Y si no haces lo que yo te diga, entonces cuando mueras, dios te castigará e irás al infierno.» Y si todos creen la historia, todos seguirán las mismas normas, las mismas leyes y los mismos valores y podrán cooperar. Eso es algo que solo los humanos pueden hacer.

Nunca podrán convencer a un chimpancé para que les dé una banana prometiéndole que cuando muera irá al cielo de los chimpancés.

el dinero solo existe en nuestra imaginación

El dinero es la historia más exitosa que jamás hayan inventado los humanos

Una montaña es una realidad objetiva. Puedes verla, tocarla, subirla. Pero un país no es más que una historia que hemos inventado y a la que nos hemos aferrado con fuerza. Los agentes más importantes en la política moderna son los estados y los países, que no son una realidad objetiva.

Lo mismo pasa con la economía. Los agentes más importantes en la economía mundial son las empresas y las corporaciones, que son ficciones jurídicas dedicadas a ganar dinero. Y, ¿qué es el dinero? No es una realidad objetiva, no tiene un valor objetivo.

El dinero se inventó muchas veces en muchos lugares, implicó la creación de una realidad intersubjetiva que solo existe en la imaginación compartida de la millones de personas.  

Un billete no lo puedes comer, ni beber, ni vestirlo. Pero llegaron los grandes banqueros, los ministros de economía, los presidentes y nos contaron una historia muy convincente: «Este pedazo de papel vale por diez bananas.» Y si todos lo creemos, funciona.

Tomo este pedazo de papel, voy al supermercado, se lo doy a un completo desconocido a quién nunca he visto antes y obtengo a cambio bananas reales que puedo comer.

Nunca podremos hacer esto con los primates. Si, Los primates intercambian cosas: un coco por una banana puede funcionar. Pero, un pedazo de papel inservible por una banana jamás.

El dinero es de hecho la historia más exitosa que jamás hayan inventado los humanos, porque es la única que todo el mundo cree.

No todos creen en dios, no todos creen en los derechos humanos, no todos creen en los nacionalismos, pero todo el mundo cree en el dinero.

Yuval Noah Harari 

Nuestra supervivencia depende de nuestras decisiones

En conclusión, con el paso del tiempo los humanos hemos construido una segunda capa de realidad imaginaria, basada en entidades imaginarias, como países, dioses, dinero, corporaciones y a medida que se desarrollaba la historia, esta realidad inventada fue adquiriendo más y más poder. Así que hoy las fuerzas más poderosas del mundo son esas entidades imaginarias.

La supervivencia de nuestra realidad objetiva y de nuestra especie depende de las decisiones y deseos de entidades que se han transformado en reales, pero que solo existen en nuestra imaginación.

Por eso podemos afirmar que el dinero solo existe en nuestra imaginación y esta es una de las muchas razones por las que Bitcoin es el experimento social más relevante de nuestra era, por que millones de personas creen en él.

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Bitcoin no se trata de dinero, se trata de confianza

Hace unos días en una conversación casual alguien me dijo una frase que me hizo reflexionar, me dijo: «Con bitcoin me siento libre». Todos tenemos una definición de libertad, ¿Qué es para ti la libertad? para mí la libertad es el poder de escoger lo que deseas sin culpas ni miedos.

Soy muy curiosa, cuando algo me intriga investigo a fondo. Sobre todo me gusta conocer el origen de las cosas, y como no de mi propia historia, la historia del hombre.

Nuestra historia está definida por tres etapas: salvajismo, barbarie y civilización. En el primer estadio vivíamos apenas de aquello que podíamos recolectar y cazar. Por eso las pequeñas comunidades se desplazaban con frecuencia en busca de lugares con abundante alimento.

Sin embargo, los lazos estrechos de confianza entre sus miembros comenzaron a debilitarse a medida que la comunidad crecía. Porque nuestra capacidad de mantener lazos de confianza con otros es finita. Se cree que solo podemos mantener lazos íntimos de confianza con máximo 150 individuos.

En esta etapa surge la necesidad de encontrar un instrumento que representara la confianza que podíamos intercambiar con otros para satisfacer nuestras necesidades. Con el tiempo le llamamos dinero.

Principio de mínimo esfuerzo

Existe un principio llamado «Ley del mínimo esfuerzo». Describe nuestra naturaleza de tomar siempre el camino más fácil para lograr nuestros objetivos y esta naturaleza existe en nuestra especie desde el inicio de los tiempos.

Este principio es lo que incentiva a los hombres a perseguir sus objetivos, algunos a costa incluso de la moral y la ética. Esta condición ha afectado a todas las representaciones de dinero que hemos usado, bien sea por falsificaciones, robos o fraudes.

Cada vez que el hombre conseguía un instrumento que representaba la confianza que el podía intercambiar para cubrir sus necesidades, también se descubría una forma de vulnerarla, entonces el hombre debía buscar otra alternativa.

Llevar a cabo esta tarea por nuestros propios medios requería un gran esfuerzo, que iba en contra de nuestra propia naturaleza. Entonces descubrimos un lugar donde no solo podíamos depositar nuestra representación de confianza, sino que además se encargaría de resguardar su integridad y nos quitarían el peso de constatar que estas representaciones no hayan sido vulneradas. Fue una gran idea, conseguimos a quien delegar nuestra confianza con garantías al mínimo esfuerzo, luego le llamamos bancos.

Hacían un gran trabajo, ya no teníamos que cargar con nuestra confianza tan pesada a todos lados. Si viajábamos a otro territorio solo debíamos acudir a este tercero para que nos regresara la confianza que luego intercambiábamos con otros para satisfacer nuestras necesidades.

Abuso de confianza

Abusamos del principio de mínimo esfuerzo. El tercero ya no resguardaba nuestras representaciones de confianza sino que se convirtió en la «confianza» misma y cualquier instrumento que nos daba bastaba para nosotros, porque a fin de cuentas podíamos acudir ahí en cualquier momento.

Sin embargo, este tercero cometió errores, abusó de nuestra confianza en muchas ocasiones. Nos hizo volver al inicio de todo para buscar otra representación de confianza, pero estos terceros no quieren que busquemos opciones por que les quitaríamos el poder que una vez les dimos.

Por eso la representación de confianza que encontremos debe ser inmune a ellos. Además debe cumplir el principio de mínimo esfuerzo, así tendremos nuevamente el poder de escoger lo que deseamos, sin culpas ni miedos, volveremos a ser libres. Por eso bitcoin no se trata de dinero, se trata de confianza.

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